Plástico

Nos hemos convertido – si es que no lo éramos ya – en unos egoístas terribles.


Está claro que el destino nos pone pruebas, nos tienta... y de nosotros depende caer o no en la tentación.

Me pregunto qué nos lleva a volver, a caer. Me pregunto por qué somos tan gilipollas. Me pregunto, sin duda, por qué no carecemos de empatía. Eso nos evitaría muchos problemas. ¡ ay, si todos tuviéramos síndrome de asperger!

Sí... en el fondo, poco nos falta para serlo. Porque esta sociedad del individualismo es una sociedad de autistas. Las relaciones sociales son falsas, porque cada uno está envasado al vacío.

Somos muñecas de plástico sin sacar de la caja en la estantería de un Toys ‘r us. Tenemos al lado los coches, el chalet, los niños, la pareja... Pero cuánto nos cuesta romper el cartón y disfrutarlo.

Voy a dejar que este crío me corte el pelo, que me pinte el rostro con rotulador negro permanente. Porque no puedo hacer nada, ni siquiera cerrar los ojos o dejar de sonreír. Dejaré que me vista con ropa cutre que ha hecho su madre, dejaré que me envuelva en papel de aluminio y me meta al congelador. Pobre, cree que dentro de unas horas me sacará resucitada. Dejaré que me pegue con cinta aislante al radiador. Y dejaré, cuando se aburra de utilizarme como filtro de su violencia, que me queme y disfrute viendo fundirse mi cuerpo de plástico.

Viendo cómo se deforma mi sonrisa.

1 comentarios:

¿Para cuándo tenerte así ante Mí?

12 de mayo de 2008, 1:29  

Entrada más reciente Entrada antigua Inicio