de papel

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La radio me despierta con Tom’s Diner, de Suzanne Vega, y por un momento no sé qué hago aquí. Creo que ni siquiera sé quién soy; es tal la resaca que con sólo mover un poco la cabeza siento que se balancea ebrio mi cerebro. Es algo insoportable.
En el suelo hay el envoltorio de un condón y yo estoy con una camiseta, asada de calor, y sin ropa interior. Pero estoy sola, como debe ser, y aunque no me arrepienta demasiado de lo que ocurrió, no puedo evitar sentirme como una auténtica puta y avergonzarme por ello... En cierta manera.
Está todo patas arriba. Él se fue enfadado porque dije “no puede ser” quizás demasiado tarde, y me ha dejado sobre la encimera de la cocina todas las servilletas de mi compañera de piso manchadas con su semen. Puede que sea lo justo, aunque hubiera preferido encontrarme con un fajo de billetes en lugar de con eso, pues ya que se trata de hacerme sentir como una perra, mejor como una puta que como una guarra barriobajera.

2 comentarios:

Una vez me contaron un cuento hindú.

El maestro le dijo al alumno ve al cementerio y llena de halagos a los muertos.

El alumno lo hizo.

Al día siguiente el maestro ordenó: Ve al cementerio e insulta a los muertos.

El alumno lo hizo.

El tercer día el maestro preguntó al alumno; que te dijeron los muertos cuando les halagaste?

Nada respondió.

Que te dijeron los muertos cuando les insultaste?

Nada respondió.

Así has de comportarte tu ante los demás, como los muertos, ya que que sus comentarios variarán de un dia a otro, y ellos, halagos o insultos deberian afectarte lo mismo que a ellos. Nada.

Suerte en tu próximo encuentro.

Besos traviesos

26 de abril de 2008, 15:06  

Yo te habría dejado los billetes.

Siempre he sido un cabrón. Pero con estilo.

20 de junio de 2008, 5:43  

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